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Los traumatismos craneoencefálicos son lesiones físicas que afectan al tejido cerebral, pudiendo causar alteraciones temporales o permanentes en la función cerebral. Este traumatismo, que afecta al cerebro, puede producir una disminución del nivel de conciencia y puede alterar las habilidades cognitivas, físicas y emocionales de la persona.

¿Cuáles son los tipos de TCE?

Existen 3 tipos de traumatismo craneoencefálico: leve, moderado y severo, clasificados según la Escala de Glasgow, que determina el manejo y el pronóstico del paciente. Los traumatismos suelen afectar áreas frontales y temporales del cerebro, causando trastornos de memoria, cambios de comportamiento y déficit de atención. Los casos graves pueden requerir cuidados intensivos y tratamiento quirúrgico para hematomas intracraneales o extracraneales, con posibles secuelas neurológicas graves y costos significativos para el paciente y su familia.

  • Cada año, las colisiones causadas por el tránsito se cobran la vida de aproximadamente 1,19 millones de personas.
  • Los traumatismos debidos al tránsito son la principal causa de mortalidad entre los niños y los jóvenes de 5 a 29 años.
  • Más de la mitad de las víctimas de accidentes de tránsito son usuarios de la vía pública vulnerables, como peatones, ciclistas y motociclistas.
  • Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran alrededor de 69 millones de casos de traumatismos craneoencefálicos en todo el mundo, lo que equivale a una tasa anual de aproximadamente 1 caso por cada 1,000 habitantes.
  • Se ha encontrado que el índice de mortalidad es mayor para los niños que están entre 0 y 5 años.
  • Los adultos jóvenes tienen una mayor recuperación respecto a los adultos mayores.

El daño cerebral que ocurre después de un traumatismo craneoencefálico tiene dos componentes principales. En primer lugar, está la lesión primaria, que consiste en la contusión directa del cerebro causada por el impacto en el cráneo o por el movimiento rápido de aceleración/desaceleración. En segundo lugar, está la lesión secundaria, que incluye el edema cerebral, la hemorragia y el aumento de la presión dentro del cráneo, entre otros. Esta lesión secundaria se desarrolla en los días siguientes a la contusión y puede tener consecuencias graves en el pronóstico funcional del paciente.

De forma general, las causas primarias de los traumatismos craneoencefálicos incluyen:

  • Caídas, especialmente en adultos mayores y niños pequeños.
  • Accidentes automovilísticos y otras causas relacionadas con los medios de transporte, como accidentes de bicicleta y colisiones con peatones.
  • Agresiones.
  • Actividades deportivas, como las conmociones cerebrales relacionadas con los deportes.

Generalmente, la mayoría de los pacientes que sufren un traumatismo craneoencefálico pierden el conocimiento durante un periodo de tiempo breve. Posteriormente, los síntomas varían en función del tipo de traumatismo. Aunque algunos síntomas pueden ser inmediatos, otros pueden ser sutiles y no manifestarse hasta mucho después del trauma inicial.

Traumatismo craneoencefálico leve:
  • Dolor de cabeza
  • Vista borrosa
  • Confusión, amnesia, mareos
  • Zumbido en los oídos
  • Cambios de comportamiento
Traumatismos craneoencefálicos moderados y graves:
  • Náuseas y vómito
  • Debilidad en los brazos y las piernas
  • Dificultad de razonamiento
  • Dificultades para hablar correctamente
Efectos a largo plazo

Estas lesiones pueden convertirse en condiciones crónicas que necesitan atención continua. Después de experimentar un traumatismo cerebral, la persona experimenta cambios y puede enfrentar dificultades para el pensamiento, la resolución de problemas o el control del comportamiento. Sin un tratamiento adecuado, estas dificultades pueden agravarse con el tiempo.

Además, la edad del paciente, antecedentes médicos, tipo de accidente y posibilidad de lesiones intencionales también pueden ser señales de riesgo de complicaciones.

Durante las primeras semanas después de un traumatismo cerebral moderado a grave, pueden ocurrir cambios en la función cerebral debido a la hinchazón, el sangrado o los desequilibrios químicos. Esto puede llevar a estados como el coma, el estado vegetativo o la mínima consciencia. Después, la persona puede experimentar confusión y desorientación, junto con cambios emocionales y físicos. A medida que pasa el tiempo, la función cerebral tiende a mejorar gradualmente, aunque pueden existir altibajos en la recuperación.

Puedes reducir el riesgo de sufrir un traumatismo craneoencefálico adoptando medidas de seguridad como:

  1. Usar siempre cascos cuando conduzcas una motocicleta o bicicleta.
  2. Aplicar siempre las medidas de seguridad necesarias en caso de realizar cualquier tipo de actividad de riesgo, ya sea lucrativa, deportiva o laboral.
  3. Evitar conducir bajo los efectos del alcohol o drogas.
  4. Siempre usar el cinturón de seguridad al viajar en automóvil.
  5. En la medida de lo posible, evitar que los niños realicen actividades peligrosas tales como subir a lugares altos desprotegidos.
Diagnóstico

El primer paso para diagnosticar una posible lesión cerebral es un examen médico, que suele incluir una evaluación neurológica. Esta evaluación incluye las siguientes pruebas:

  • Evaluación del razonamiento
  • Evaluación de la función motora, es decir, del movimiento
  • Evaluación de la función sensorial
  • Evaluación de la coordinación y los reflejos

Las pruebas de imagen, como las tomografías y las resonancias magnéticas, no pueden detectar todas las lesiones cerebrales, pero pueden ayudar a los médicos a descartar algunas de las lesiones más graves. Estas pruebas pueden identificar hemorragias relacionadas con la lesión traumática que requieren atención médica urgente o quirúrgica.

Tratamiento

El tratamiento para un traumatismo craneoencefálico varía según la gravedad de la lesión.

Para lesiones leves, se recomienda reposo y medicamentos para el dolor de cabeza, con controles periódicos para monitorear cualquier empeoramiento.

En casos moderados o graves, se requiere atención de urgencia para estabilizar al paciente y prevenir lesiones adicionales.

En ocasiones, la cirugía puede ser necesaria para tratar hematomas, fracturas craneales o detener el sangrado cerebral.

La rehabilitación es crucial después de una lesión cerebral para recuperar las habilidades diarias.

Pronóstico y Recuperación

Los factores que pueden influir tanto en el pronóstico del trauma craneoencefálico como en la rehabilitación son:

  1. Antecedentes médicos: Los daños previos a la lesión pueden afectar la neuropsicología y la capacidad de rehabilitación debido a una reorganización en los sistemas cerebrales, lo que puede dificultar el proceso de recuperación.
  2. Reserva cognitiva: Esta se refiere a los recursos aprendidos que pueden influir en la capacidad de recuperación cognitiva y funcional. Factores como el nivel educativo, el cociente intelectual, el tipo de trabajo y las actividades de ocio pueden mejorar el proceso de rehabilitación al aumentar el conocimiento y la utilización de estrategias para alcanzar metas.
  3. Personalidad previa del paciente: La personalidad, que integra procesos motivacionales, cognitivos y emocionales, puede afectar significativamente el proceso de rehabilitación y la adaptación después del trauma. Por ejemplo, una persona extrovertida y resiliente puede mostrar una mayor motivación para la rehabilitación, lo que puede mejorar los resultados de la misma.

La recuperación más significativa después de un traumatismo cerebral generalmente ocurre en los primeros 6 meses. Durante este período, es probable que la persona experimente mejoras en el movimiento y el pensamiento. Aunque la velocidad de recuperación puede disminuir con el tiempo, es posible que siga adquiriendo función durante años después de la lesión. El ritmo de recuperación varía de una persona a otra, y aún no se comprenden completamente las razones detrás de estas diferencias. Por lo tanto, se recomienda a los afectados que adopten hábitos saludables a lo largo de su vida para apoyar la salud del cerebro, como hacer ejercicio y evitar el consumo de alcohol y drogas.

Cuando un miembro de la familia sufre una enfermedad o accidente que genera dependencia, el funcionamiento familiar se altera. Uno de los familiares suele asumir el rol de cuidador principal, lo que implica reorganización de roles y puede generar dificultades económicas. Además, el cuidador enfrenta tensiones emocionales y en las relaciones, conocidas como sobrecarga del cuidador.

Es crucial que los cuidadores no descuiden sus propias necesidades al brindar apoyo a la persona afectada. Se necesita tiempo, habilidades y energía para cuidar a alguien con un TCE grave, y es importante adquirir conocimientos y organizarse para esta tarea. Los hábitos de vida pueden cambiar, y distribuir responsabilidades entre los miembros de la familia puede ayudar. El proceso de recuperación puede ser largo y los resultados pueden no reflejar completamente el esfuerzo realizado.